por el rabillo
me fue siguiendo por el interior
de la casa
observó los leños
húmedos
los huesos apilados en los hombros
caídos
sobre el piso los velos
de la siesta
desolados sus gemidos
fríos
los pies descalzos sin medias
temblaron
las paredes despintadas dibujaban arabescos
estremecidas
sollozaron las persianas la vajilla
hecha astillas
me reconocí en los pasos
bailando